Necesitamos aún más este desarrollo de la humanidad porque ahora, debido a nuestra forma de actuar, nos encontramos en una situación incontrolable, en una angustia de la que ya no podemos salvarnos con nuestros métodos habituales y conocidos.
Sin embargo, cualquier cambio en la dirección de la sociedad sólo puede comenzar con el cambio personal del individuo; pues la evolución general se compone de decisiones humanas individuales, y éstas deben tomarse en las leyes de la naturaleza, es decir, también en el conocimiento de las mismas, para que se complementen armoniosamente y dejen de actuar destructivamente unas contra otras. Hasta ahora, sin embargo, el hombre se ha colocado a menudo como un grano de arena en un engranaje, y luego se ha preguntado por qué ha surgido la desgracia.
Sólo mediante el perfeccionamiento del individuo se puede llegar a la coexistencia pacífica.
El requisito previo para tomar decisiones personales correctas es el conocimiento de las leyes de la naturaleza – es decir, las leyes de Dios – y una mirada libre hacia arriba, para poder dirigirse a Dios que creó toda la realidad que funciona maravillosamente. La paz, la felicidad y la edificación vienen por sí mismas cuando uno se adapta a Sus leyes. Y esto es algo que toda persona de buena voluntad puede hacer, al igual que puede contribuir con su parte a la gran obra común.
Por eso, ofrecemos en Vomperberg.com apoyo a través de conferencias que deben servir para aclarar las cuestiones no resueltas y reconocer las leyes de la naturaleza.
«¡Perfecto es Dios, el Señor! Perfecta es su Voluntad, que está en él, y que procede de él para engendrar y sostener la obra de la creación. Perfectas también, por tanto, son las leyes que en su Voluntad atraviesan la creación».
Abdrushin, EN LA LUZ DE LA VERDAD: Resurrección del cuerpo terrenal de Cristo